Características de la blefaroplastia

La blefaroplastia constituye un tipo de intervención quirúrgica recurrente para mejorar el aspecto físico del rostro y, especialmente, de la zona periocular. Este área cuenta con piel fina y que está sometida al deterioro que ocasionan las agresiones externas (sol, polución…), por lo que se notan en ella sobremanera los síntomas del envejecimiento (flacidez, descolgamiento…). A grandes rasgos, esta intervención de cirugía plástica facial sirve para quitar las ojeras, cuyos efectos visibles son indeseados. ¿Cuáles son las características de la blefaroplastia?

Efectivamente, la blefaroplastia se revela como una operación que requiere microcirugía, ya que se tiene que realizar en los párpados, que son zonas sensibles e implican sofisticadas técnicas de intervención. Se trata, por tanto, de una operación de carácter estético y que no tiene como objetivo propiciar un cambio radical en la cara, sino mejorar la zona de la mirada y rejuvenecerla, gracias a la supresión de rasgos relacionados con el envejecimiento. La blefaroplastia sin cirugía es una de sus variantes y es una opción interesante para aquellos pacientes que deseen evitar el quirófano.

La blefaroplastia, en consecuencia, ayudará a mostrar una imagen más fresca y juvenil, circunstancia que se relaciona con un aumento de la autoestima y la confianza. Por otro lado, requiere una operación quirúrgica, con las precauciones asociadas. En este sentido, se podrá intervenir con anestesia local (el paciente sentirá un ligero dolor en los párpados) o general (el paciente se encontrará dormido).

Con la blefaroplastia se corrigen tanto la caída de los párpados superiores como las bolsas que se forman en los inferiores; sin embargo, aunque es una opción de eliminación de ojeras, no sirve para eliminar las patas de gallo o arrugas. Por otra parte, esta intervención resulta altamente compatible con un lifting facial, en especial, el frontal. De hecho, numerosos pacientes complementan estos tratamientos de belleza.

Por lo que respecta a la operación, dura entre una y tres horas y consta de la realización y cierre de unas incisiones, a través de las cuales se extraerá la grasa sobrante y que provoca los efectos antiestéticos, pero también músculo si es preciso.

Desde la preparación a la recuperación de la blefaroplastia ha de existir una comunicación fluida entre el cirujano que vaya a realizar la operación y el paciente. Para que el éxito de la intervención sea total, el interesado deberá hacer caso a una serie de consejos (dejar de fumar previamente a la operación, también contamos con un laser para dejar de fumar por si te decides a dejarlo por completo, no tomar determinados medicamentos…) de un médico. De la misma manera, seguir sus recomendaciones tras abandonar la clínica favorecerá una recuperación en condiciones y que los efectos de la blefaroplastia sean los deseados.

Hay que tener en cuenta diversas molestias aparejadas a una operación tan sensible. Por ejemplo, no se podrá ver la televisión y leer con comodidad hasta unos días después de la intervención (menos de una semana). De la clínica estética, de hecho, habrá que salir acompañado para desplazarnos sin problemas. En conclusión, la blefaroplastia transmite un aspecto más joven y menos cansado.