El impacto del tabaco en la salud es algo bien conocido en la actualidad. Existen multitud de estudios que demuestran cómo este hábito se relaciona con enfermedades cardiovasculares respiratorias y con diferentes tipos de cáncer. La piel también se afecta, aunque los efectos del tabaco sobre la piel pueden pasar desapercibidos Se trata del órgano más grande del cuerpo y desempeña tareas tan importantes como regular la temperatura y proteger el organismo frente a elementos externos. Al fumar, su función puede verse comprometida y puede dar lugar a cambios en la pigmentación, (manchas en la piel por tabaco) o acelerar el envejecimiento. A continuación, vamos a ver cómo el consumo de cigarrillos afecta a este órgano, además de lo que podemos hacer para protegerlo.
¿Cuáles son los efectos tabaco en la piel?
Aunque el tabaquismo afecta a toda la piel, su impacto suele ser más visible en las zonas donde entra en contacto directo con su humo. Así, son la cara o las manos las áreas que más sufren ya que también soportan la exposición a los rayos solares. Al fumar, se liberan aproximadamente 4.000 sustancias, la mayoría de ellas mediante la combustión característica, y son las que causan el gran abanico de efectos tóxicos. Estos pueden producirse de manera directa o indirecta. Los primeros se dan cuando el humo entra en contacto directo, por ejemplo, en la piel, la boca, la nariz, los bronquios o los pulmones. Los efectos indirectos resultan del paso de esos componentes al torrente sanguíneo.
Aunque todo esto repercute en los diferentes órganos y tejidos negativamente, nos centraremos en los que atañen a la piel. Todos ellos afectan a su calidad e interfieren en su salud.
- Provoca el envejecimiento prematuro de la dermis: uno de los principales efectos tabaco en la piel es la aceleración de la aparición de arrugas y líneas de expresión. De hecho, se ha demostrado que las personas fumadoras tienen más probabilidades de desarrollarlas que las no fumadoras. Esto se debe a distintos factores. Para empezar, la piel se debilita y se deshidrata, lo que repercute en su estructura y en su luminosidad. De ahí que en muchas ocasiones adquiera una apariencia apagada y opaca. Además, también provoca la disminución de la síntesis de colágeno y elastina, lo que causa una alteración en la elasticidad y firmeza de la piel. La principal consecuencia es que la piel va adquiriendo flacidez al mismo tiempo que pierde volumen. Es por eso por lo que es habitual que los huesos faciales se marquen y la dermis pierda tersura.
- Genera la aparición de manchas: fumar también acarrea cambios en la pigmentación de la piel y puede llegar a favorecer la aparición de manchas. Por otro lado, es habitual el desarrollo de una coloración amarillenta en dedos y uñas, zonas que se encuentran en contacto directo con el humo.
- Altera la función de la piel: el consumo frecuente de tabaco aumenta la producción de radicales libres. Estos ocasionan daños celulares y en la estructura de la piel. El resultado es un daño oxidativo que acelera su envejecimiento. Los radicales libres también dificultan la absorción de la vitamina A y C, lo que repercute en procesos como la respiración celular.
- Empeora la cicatrización: el tabaco tiene un impacto negativo en la capacidad del cuerpo para curar las heridas porque afecta a la circulación sanguínea, entre otros. Como consecuencia, el proceso de curación es más lento, algo que favorece las complicaciones tras, por ejemplo, someterse a una intervención quirúrgica.
¿Cómo evitar los efectos tabaco en la piel?
Ante esta pregunta sí que existe una respuesta correcta y rotunda, además de obvia: dejar de fumar. Se trata del paso más efectivo para proteger y mejorar la salud de la piel y de todo el organismo. Además, viendo el alcance de la toxicidad del tabaco y cómo interfiere en las funciones de la dermis, es importante mantener una rutina de cuidado diaria. En ella, el uso de productos hidratantes y protección solar son indispensables. Beber suficiente agua durante el día también es crucial.
Sin embargo, recuerda que lo fundamental es dejar atrás el hábito que altera la piel. Para ello, puedes recurrir a profesionales como los de Clínica Menorca, que además te ayudarán a mitigar los efectos que el tabaco haya causado en tu rostro para mejorar tanto su apariencia como su salud.