Hay muchas formas de aprovechar las vacaciones. Viajar es un clásico, claro. También hay quien decide visitar a la familia, si ésta vive lejos. Por supuesto, se puede optar simplemente por un más que merecido descanso en casa. Pero cada vez más son los que se decantan por una idea muy inteligente: ¡retocarse en vacaciones! Aquí te explicamos cuáles son las principales ventajas de ello, que llevan a muchos pacientes a pasar por el quirófano y someterse a operaciones: cirugía estética, ¡en marcha!
Desde el punto de vista médico
Vacaciones es sinónimo de tranquilidad, de relajación física y mental. Y eso es precisamente algo fundamental en todas las fases de una cirugía o un tratamiento. Hará que la zona a tratar llegue en mejores condiciones al día de la intervención y facilitará la recuperación postoperatoria.
Otra ventaja de realizarte un tratamiento o cirugía estética de nariz o en cualquier otra zona durante las vacaciones tiene que ver precisamente con el tiempo: tener días libres da mayor margen de cara a seguir una dieta específica previa si fuera necesario o a realizar curas y primeras visitas de seguimiento en el periodo postoperatorio, fundamental para asegurarse de que la recuperación va por el buen camino.
Y por otro lado, permite elegir el especialista con mayor libertad. Sin días libres, la elección del centro médico puede verse condicionada por la cercanía a casa o al lugar de trabajo. Pero en vacaciones, es más fácil desplazarse a un lugar alejado para ponerse en manos de los profesionales que mayor confianza transmitan. En este sentido, las vacaciones son una buena oportunidad para que quienes no viven en la capital se acerque a nuestra Clínica estética Madrid.
Desde el punto de vista personal
A las ventajas médicas, se unen otras de carácter personal. Por ejemplo, una mayor intimidad: durante los primeros días de postoperatorio, el paciente no será objeto de miradas indiscretas y preguntas impertinentes, como a veces ocurre en los lugares de trabajo en el periodo laboral.
Otro punto a favor de operarse en vacaciones es la menor burocracia: no será necesario molestarse en tramitar bajas o solicitar días libres, que a menudo requieren de complicadas justificaciones.
Y, por último, someterse a un retoque estético en vacaciones te ofrece mayor flexibilidad de calendario. La mayoría de los trabajadores saben con mucho adelanto cuál es su periodo de descanso, por lo que, si se solicita con tiempo suficiente de antemano, el paciente tiene el control para elegir la fecha de la intervención.