Una de las formas más eficaces de combatir el envejecimiento de la piel es adelantándose al paso del tiempo a través de la medicina estética preventiva. Este campo permite mejorar la calidad de la piel progresivamente al mismo tiempo que se mantiene su buen estado. De esta forma, en lugar de esperar a que aparezcan los signos de la edad para luego tratarlos, el foco se pone en retrasarlos o evitarlos.
El proceso de envejecimiento es irreversible, eso es seguro. Nosotros intentamos retrasar al máximo estos signos con la medicina estética. Es la manera de envejecer bien y ganar calidad de vida.
Prejuvenation: la tendencia de la medicina estética para prevenir el envejecimiento
Una de las tendencias más comunes en el cuidado de la piel es prestarle atención cuando ciertas problemáticas ya se han presentado: las primeras líneas de expresión, pequeñas manchas, deshidratación… Pero, ¿y si pudiéramos evitar su desarrollo y mantener una dermis sana? Este es el objetivo principal de la medicina estética preventiva. Promover, mediante un conjunto de técnicas no invasivas, el buen estado de la piel. De tal manera que los principales problemas no se manifiesten o no lo hagan de la misma manera. Así, disfrutamos de un envejecimiento saludable, evitando y retrasando cuestiones como pueden ser la pérdida de elasticidad y firmeza, entre otras.
Entre las técnicas que se destinan a tal fin se encuentran todas aquellas que estimulan la producción de colágeno. Así, se impide la pérdida volumen en diferentes áreas y mantener la firmeza. De esta forma, es posible anticiparse al progreso de la formación de arrugas, descolgamientos sin recurrir a tratamientos más invasivos una vez que ya han aparecido.
¿Cuál es la mejor edad para empezar a prevenir el envejecimiento?
Realmente no existe una edad exacta para iniciar los tratamientos de prevención del envejecimiento. Sí que se recomienda comenzar en la franja entre los 25 y los 30 años. En ese período los procedimientos son más suaves, ya que se trata de cuidar la piel y mantener sus óptimas condiciones. En consecuencia, se apreciarán mejores resultados.
El protocolo cambia cuando ya ha arraigado una necesidad concreta. Entonces la dermis requerirá de más productos y procedimientos más enfocados y, por tanto, los resultados no serán tan visibles. Hay que tener en cuenta que la producción de colágeno en el organismo empieza a decaer a partir de los 30. Conlleva que la piel se vaya viendo progresivamente menos llena, se pierda elasticidad y se manifieste la flacidez poco a poco.
Además, el estado del que parta cada dermis influye. Puede que haya personas que, aun estando en su veintena, tengan arrugas por su tipo de gestualidad o la contracción de la musculatura que hagan. También pueden presentar signos de deshidratación por no atender a las necesidades concretas del tipo de piel e incluso contribuye sobremanera el hecho de seguir, o no, una rutina de cuidado adecuada. Es por eso por lo que un protocolo de prejuvenation siempre pasará antes por un diagnóstico de la dermis.
Protocolos y tratamientos de la medicina estética preventiva
Aunque los protocolos se personalizan dependiendo del paciente, la base de la medicina estética preventiva es la estimulación de la producción de colágeno y elastina. Aquí entran todos aquellos tratamientos como los peelings químicos mediante ácidos, el microneedling, la tecnología láser o la radiofrecuencia. Además de evitar y mejorar las arrugas, las manchas y la flacidez, proporcionarán elasticidad, luminosidad y buena salud a la dermis.
- Vitamina C, que puede aplicarse como principio activo en diferentes procedimientos como la mesoterapia facial.
- Ácido Hialurónico reticulado. Para dar volumen y recuperar los ángulos en el rostro.
- Skin booster de polidioxanona. Aporta colágeno para recolagenizar el tejido.
- Formulación de ácido hialurónico no reticulado y ácido succínico que proviene del ámbar. Interviene en el ciclo de Krebs. Ayuda a oxigenar y bioestimular las células.
Los inyectables se pueden combinar y así conseguimos redensificar, mantener la hidratación y la calidad de la piel. Posibilita aportar volumen en alguna zona en la que se haya perdido. En esta línea, el plasma rico en plaquetas consigue muy buenos resultados de regeneración.
Por último, es importante acompañar todos estos procedimientos con una rutina personalizada en casa donde primen productos apropiados al tipo de piel. Y no olvidar el cosmético que nunca puede faltar en el neceser: el protector solar. Es el antiaging por excelencia. Si quieres incorporar la medicina estética preventiva a los cuidados de tu rostro, consulta a los especialistas de Clínica Menorca. Diagnosticarán tu piel y elaborarán los mejores protocolos según tus necesidades.