De entre los tipos que existen, la grasa subcutánea es la que ocupa un mayor porcentaje de extensión en nuestro organismo. Como su nombre indica,es la que proporciona el tacto blando y poco firme a las diferentes partes donde se congrega.
También es la primera que aparece cuando consumimos más calorías de las que gastamos, pero, en contraposición a otras, es relativamente fácil eliminar grasa subcutánea. Todo depende de una buena alimentación y de practicar ejercicio, aunque existen distintos tratamientos que ayudan a deshacernos de ella cuando se resiste, como veremos a continuación.
Grasa subcutánea: la menos dañina pero la que más tendemos a acumular
Cuando sentimos que hemos cogido peso o ganado volumen, habitualmente se debe a que la proporción de grasa subcutánea en nuestro organismo ha aumentado. Se acumula debajo de la piel, y por tanto, en todo nuestro cuerpo y es completamente normal. Eso sí, la cantidad almacenada dependerá de los estilos de vida que llevemos, de si tenemos hábitos alimenticios equilibrados y de si hacemos ejercicio de manera regular.
Sin embargo, a pesar de lo que pueda parecer, no se trata de un tipo de grasa tan dañina, como sí lo es la visceral. Esta, también conocida como grasa dura, se localiza alrededor de nuestros órganos, especialmente en los ubicados en la zona abdominal. Está asociada a factores de riesgo de padecer enfermedades cardíacas, problemas con la tensión arterial o con la diabetes de tipo 2, entre otros.
Evitar una vida sedentaria y practicar algún tipo de deporte hará que el tejido graso se reduzca, y con ello, ganaremos en salud y bienestar. En la actualidad existen multitud de tratamientos estéticos y no invasivos que nos pueden ayudar y con los que resulta sencillo y eficaz eliminar la grasa subcutánea.
¿Cómo eliminarla? Con tratamientos como Coolsculpting o Sculpsure podrás deshacerte de ella fácilmente
Cuando se trata de disminuir los contornos y la grasa subcutánea, especialmente la localizada y resistente, hay diferentes alternativas que no implican cirugía ni procedimientos agresivos. Para empezar, el Coolsculpting es un método que usa la criolipólisis para eliminar los adipocitos. Mediante la aplicación de frío controlado, se congelan las células de grasa de manera selectiva. Estas son vulnerables a las bajas temperaturas, por lo que logra destruirlas para que más tarde sean expulsadas del organismo de manera natural a través del sistema linfático.
Además, la piel no se daña en el proceso ya que esta tecnología emplea aplicadores específicos con los que se crea un vacío en la zona a tratar para actuar solo donde se desea. Tampoco resulta molesto para el paciente. Las sesiones, dependiendo del área, duran aproximadamente una hora y suelen ser necesarias entre 1 y 3 para obtener los mejores resultados.
SculpSure es otra técnica de remodelación corporal que permite perder grasa subcutánea y localizada en aquellas regiones que lo requieran. Se consigue por medio de tecnología láser y se focaliza en los adipocitos para destruirlos sin afectar a los tejidos que los rodean. Su funcionamiento se basa en un calentamiento controlado que los elimina de manera permanente, es decir, que los resultados perduran en el tiempo siempre y cuando se mantenga una dieta equilibrada. Suelen necesitarse varias sesiones para obtener unos efectos óptimos que variarán según las áreas trabajadas, y cada una requiere solo de 25 minutos.
Por último, la radiofrecuencia también es otro tratamiento que se sirve del calor aplicado a través de ondas electromagnéticas de alta frecuencia. Son estas las que logran aumentar la temperatura de la dermis para eliminar la grasa subcutánea. ero también mejorar la circulación y facilitar el drenaje linfático.
Todos estos procedimientos son totalmente indoloros para el paciente y consiguen reducir el volumen de partes concretas del cuerpo. Si quieres conocer cuál de ellos es el más idóneo para ti, consulta a los profesionales de Clínica Menorca; ellos te asesorarán de manera personalizada.